No se trata de los resultados, sino del camino recorrido.
Hace unas semanas, mi madre vino a visitarme a Hamburgo. Fue un tiempo increíble con ella, porque desde que me mudé a Alemania, nunca habíamos pasado tanto tiempo juntas. Después de tantas pláticas, un día mi mamá me preguntó algo que ni yo misma me había cuestionado: ¿Qué te gustaría lograr con Mármol? Mi respuesta fue: “Me encantaría que funcionara y algún día convertirlo en mi trabajo” pero la verdad es que antes de decir eso me quedé en blanco por un par de minutos.
Hasta el año pasado, mi principal objetivo era vender. Me puse metas ambiciosas: quería vender 60 jabones en un mes y, para Navidad, quería ir al mercado navideño y vender 100 jabones en un día.
Después de lanzar mi oferta de los 60 jabones, me di cuenta que no los vendería tan rápido como pensaba, y peor aún, mi idea de vender 100 jabones para Navidad se convertiría en un gran fracaso.
Cuando empiezas un pequeño negocio quieres que todo funcione rápido y crees que todo irá más rápido, claro que hay casos que funciona, pero lo cierto es que los casos de éxito en el corto plazo son muy pocos.
Nos acostumbramos a fijarnos grandes objetivos y a poner toda nuestra energía en el resultado final. Esto nos lleva a grandes frustraciones o peor aún, a la sensación de que cuando finalmente logramos ese objetivo, no hay nada más que hacer.
Olvidamos que lo más importante es tu propósito y disfrutar todo el proceso porque aunque no lo creas hay mucho crecimiento y maduración de por medio.
Estas últimas semanas han sido reveladoras para mí.
Después de aproximadamente un año nublado con Mármol, por fin estoy volviendo al origen de todo, volviendo a mi propósito, y siento que todo es más ligero y tiene un sentido.
Al fin y al cabo, no se trata de “correr una maratón”, sino de convertirse en corredor. No se trata de “publicar un libro”, sino de convertirse en escritor. No se trata de “tener un restaurante con estrellas Michelin”, sino de ser chef, y para convertirse en corredor, escritor o chef, probablemente tendrá que cumplir pequeños hitos diarios que serán más fáciles de alcanzar que ese “gran objetivo” que desea alcanzar.
Arí.